sábado, 5 de octubre de 2013

Crónica de Micro Abierto Libertad 8 (115). 01/10/13



Antes de contar, muy resumidamente y de forma subjetiva, lo sucedido en la edición nº 115 de MAL8 (Micro Abierto Libertad Ocho), recapitulemos lo que tenemos pendiente. El día 15 de Octubre celebraremos el Taller “Él”, aquí están las instrucciones. Ese mismo día termina el plazo de inscripción para el disco “Consciencia, Libertad, soledad y Gente rara, cuyas instrucciones están aquí. De momento seguimos con nuestras sesiones de micro abierto, en las que mostramos nuestras canciones de cualquier estilo y género a un público receptivo y goloso. Este pasado martes se escucharon el en MA8 (115) veinticuatro de esas canciones y tres intervenciones poéticas. Fue un espectáculo dinámico y tranquilo, excelente, aunque nos pasamos un poco de tiempo, quizá por no querer que nadie se quedara sin participar, cosa que logré junto a una merecida charla por sobrepasar con creces las dos horas. En todo caso fueron dos horas y veinte minutos muy agradables.

El primer participante fue Camilo, que, por dificultades con una cejilla díscola, cambió de canción en el último momento, pasó de Qué más da a Encuentro. Qué más da, ya nos la cantará.


Me gusta cuando la gente se toma en serio todos los factores de una puesta en escena. Popautor trajo vestuario específico de colegial, con pajarita de papel y todo, para cantar la historia de un curioso idilio que termina en pedida de mano.


En las canciones sucede la vida, incluso la que no ha sucedido se puede dar en las canciones. Javier Delgado cantó una canción dedicada a su “amiga del alma”, a la que “quería mucho, pero…”, “ahora que no hay nada en juego, te digo que no te dije que te quiero”.


El dicharachero Pedro Makay, trajo a esta edición un rocanrol dedicado en parte a Marichalar, “de la monarquía ya nadie se fía”, una canción protesta llena de ironía, “baja de la jaula y a currar”.


Para presentar su canción Subsuelo, Caso Omiso dijo algo muy divertido: “tengo tan mala memoria que olvidé que tenía mala memoria y lo recordé todo de repente”. Luego nos cantó como él sabe, claramente, con su estilo crazy y elegante, diciendo cosas originales por su veracidad.


“La desconfianza debería ser el octavo pecado capital”, dijo Manu Clavijo para presentar su nueva canción No me mientas, “donde dijiste Diego, no me digas diego”. Una divertida canción de amor con compromiso. Como el que el MAL8 le tiene a él.


El maestro Pablo Bermejo nos cantó aquella canción que hizo para el taller “El compositor invisible”, en el que tuvo que emular la forma de componer de Miguel de Paul. Evidentemente es un blues, se titula Despedida de casado. Sólo el título ya es genial. He de decir que en este punto, veo a Pablo Bermejo al cien por cien. Estuve en su pasado concierto en Libertad Ocho, y disfruté mucho de su magnífico trabajo, de ponto ya no estaba yo pendiente de si le salía esto o aquello, simplemente me gustó mucho lo que escuché. Le doy mi más sincera enhorabuena por el camino recorrido para estar tan en forma.


Hacía tiempo que no nos visitaba Marla. No sé si decir que lo que hace es poesía, es como prosa lírica. De todas formas, para mí es poesía. Siempre me siento identificado cuando la escucho. El texto que nos leyó se titula Qué es lo importante, y en él habla cómo somos, del panorama de nuestros sueños y frustraciones. Una crítica social llena de aliento y esperanza. Es una de esas artistas que pretende salvarse salvando al mundo. Le deseo mucha suerte, ya que yo pretendo algo similar.


Por suerte volvió a visitarnos el cantautor Fernando Álvarez. Trajo una breve y bella pieza titulada Canción para mí, en la que asegura que es pertinente “dudar de las dudas” (me encanta), y “sobrevivir al aullido de la historia” para “encontrar en el silencio una canción”. Celebro su asistencia, este es uno de mis favoritos.


Que la canción de autor no es un estilo musical o un género concreto, lo dejan claro artistas como El Tío Antoño, que para esta edición nos trajo un experimento que lo demuestra. Con pericia ha juntado la música de una canción de Jimy Hendrix con la letra de la canción Paula de Silvio Rodríguez. Supongo que el tema se titula Paula 2.0. Es broma, no sé cómo se titula. El experimento me encanta, un día tendríamos que hacer un taller de mezclar canciones, o algo así.


Diego Mattarucco nos sorprendió de nuevo, esta vez trayendo una pista de audio para recitar encima. Comenzaba con la música de una canción de Juan Fernández Fernández, después otras cosas, salsa, música clásica, y declamó el texto al compás, calculadamente, pero con la soltura a la que nos tiene acostumbrados en el escenario. Porque este hombre no sólo se rompe los cuernos escribiendo, también le da suma importancia a la puesta en escena de sus poemas.


Lope Villano quiso volver a cantarnos una de las primeras canciones que cantó en MAL8, esta vez Entre paños de oro, en la que dice “te quedaste, artista, sin llenar teatros”, aunque “está mi tesoro entre paños de oro”.


La siguiente fue nuestra luz Marta Plumilla, que en su canción nos cuenta lo que le pide la noche al sol, el sol a la lluvia, la lluvia a la tierra… En resumen, que no se vayan, por tal y cual razón , “pero qué te pido a ti”. Es arrebatadora la sencillez de Plumilla, con cuatro elementos simples hace una canción deliciosa sin estribillo, sin coda, sin hostias. No tengo nada en contra de estribillos y codas, pero sí mucho a favor de la magia, el sentido y la certeza poética en las canciones.

La canción de Pablo Lesuit de esta semana fue compuesta para un taller de canciones, según nos contó. También confesó que le entró miedo a componer, porque lo que escribió en esta canción, un día se hizo real. Las canciones son más sabias que los compositores, eso lo tengo claro. La canción se titula Flores, y dice “prometí no fallarte tanto” en su estribillo.


Ha vuelto Olivia Tomé del norte, con su norte bien puesto. Esta niña llegó al MAL8 como un fuego apocalíptico, con una furia escénica que daba miedo. Ahora es de mis escritoras favoritas, y una elocuente perfopoeta. Pronto se anunciará la puesta en escena de su espectáculo “Una frívola fragmentada”, lo anunciaremos por aquí. En esta sesión de MAL8, tajo una pieza que denominó “primera confesión post frívola fragmentada”. La verdad es que no la veo nada fragmentada, la veo entera, clara y transparente. Diego Mattarucco la acompañó tocando lo más bonito que le he oído yo al piano, siguiendo con notas sus palabras. ¡Precioso!


Impresionante la actuación de Cristian Navarra acompañado por el violín de Manu Clavijo. Con gran energía y destreza interpretaron La noche, llenando de luces rápidas la sala. Espero ir pronto al micro abierto que coordina Cristian todos los lunes en el Café Galdós. Queda prometido.


El bello Julio Hernández nos regaló una canción de su repertorio titulada La luz se desvanece. Recordaros que Julio, aparte de de hacer y cantar bellísimas canciones, lleva a cabo el proyecto Música por la voluntad, donde cada domingo vamos a cantar, a beber y a comer; un fiestón semanal muy recomendable que se celebra en El Colmo, un bonito bar de la Calle del Olmo.


Seguimos conociendo a Raúl Ródenas, que cada vez me parece más interesante. Esta vez nos cantó una canción titulada Quién.


José Miguel González subió al escenario y se puso a cantar a capela y en latín para introducir su intervención. Cuando ya había captado nuestra atención, nos leyó el poema Créeme, Francisco, un “pequeño poema para un gran amigo”. Después nos contó, como él dijo, la típica historia de un ermitaño que se encuentra en el campo con una mujer desnuda. Un poema subido de tono titulado San Jerónimo se encuentra con Charlize Theron”.


SilNe, el dúo que estamos descubriendo últimamente, cuya intervención es de las más esperadas en esta temporada, confesaron carecer de estilo musical. Pero que no se preocupen, porque lo que esperamos de ellos es lo que siempre nos dan, y no es un estilo musical. En esta ocasión trajeron un poema de Luis García Montero musicado por ellos, Coplas a la muerte de un colega, una canción, precisamente, llena de estilos musicales, de acentos dialectales, de poesía y arte. Grandes SilNe.


David Moya nos cantó una canción que trajo del Sahara, cuando estuvo viviendo una experiencia en un capo de refugiados. Se titula Los hijos de las nubes, y le acompañó Calvijo con su violín.


María Barnuevo nos regaló una canción que compuso a para un evento contra el maltrato de género al que la invitaron. En ella dice “a veces el amor se vuelve del revés y nos arroja al suelo otra vez” (…), “a quien diga que te quiere no le dejes ser esa fuente de dolor que te destruya el corazón”. A veces hay que gritar a los cuatro vientos lo evidente, pero así estamos…


El bueno de Miguel de Paul nos cantó, en esta agradable tarde, su canción anatomía de un sueño, en la que dice “joder, Susana, llorando aún por mí”.


Yo estaba desde mi mesa disfrutando de uno micro abierto excelente, con un ambiente muy rico. No me había puesto a mí mismo, Andrés Sudón,  en la lista de participantes, porque había mucha gente. Quedaba poco tiempo, pero me entraron unas ganas inmensas de cantar… Ni me presenté ni nada, salí al escenario como si fuera a presentar, y me puse a cantar mi canción Prefiero vivir. Quizá no debería haberlo hecho, pero me pasó como con muchas cosas que no debo hacer, que me encantó hacerlo. Ala.


Y para no quedar mal sacándome a mí a escena (todo un arrebato, lo juro) y no sacando al único participante que quedaba por salir, presenté a Marro. Andábamos mal de tiempo, y su canción (ya me lo había avisado) era especialmente larga. La dirección de la sala me miraba con los ojos inyectados en sangre, ya era muy tarde, y yo sólo podía escuchar el estribillo de la canción de Marro: “Se acabó”, repetía, de hecho pensé se había acabado y aplaudí antes de tiempo. Le pido disculpas por no enterarme mucho de la canción y por mi cara de “se acabó”. Lo que tengo que hacer es cumplir el horario, y así lo haré.


La sesión tenía que terminar con el artista que a continuación haría un concierto allí mismo, en el escenario de Libertad Ocho tras nuestro evento. Fue, ni más ni menos, que Coppel, un ilustre malocho que está a punto de sacar a la luz su nuevo trabajo, grabado en parte en este escenario esta misma noche. Cantó, acompañado de Manu Clavijo, su canción Madrid para cuerdos y bienhechores.


Con él terminamos una contundente sesión, el MA8 (115). Nos vemos la semana que viene, el martes 8 de Octubre, a las 19.00 h en punto en Libertad Ocho, ya sabéis que es entrada libre. Si quieres participar y nunca lo has hecho, escríbenos a microabiertol8@gmail.com para apuntarte. Gracias a Marta por las fotos, a Libertad Ocho por todo en general, a los artistas participantes, y a vosotros por leer esto con interés.

Andrés Sudón

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