lunes, 20 de enero de 2014

Crónica de Micro Abierto Libertad 8 (130). 14/01/14



El pasado martes 14 de enero de 2014 celebramos la edición nº 130 de MAL8 (Micro Abierto Libertad Ocho). Veintitrés artistas, la mayoría cantautores, subimos como cada semana al escenario de Libertad Ocho a compartir nuestras creaciones en un ambiente que permite disfrutar de las emociones provocadas por el hecho artístico, lejos de la abominable competitividad que he vivido en otras épocas y en otros círculos de artistas. Aunque el nivel es bastante alto de media, hay de todo en MAL8, artistas con más técnica que otros, con más o menos gracia escénica, diferentes formas de entender la música y la canción, etcétera. Sin embargo todos disfrutamos de cada actuación, porque tenemos en común la necesidad tanto de expresarnos, como de consumir arte. Cuando llega un nuevo cantautor a nuestras sesiones, es escuchado con deleite, y es impresionante ver cómo todos arropan a aquellos que tienen alguna dificultad superable. Ya distinguimos quién está nervioso, quién lleva mucho tiempo sin componer con ilusión, y esas cosas que todos estamos superando constantemente. Me encanta que aquí no se critique si no es constructivamente. Y hemos visto crecer a muchos de los habituales, les hemos visto transitar del malestar en el escenario, a brillar con regocijo. Esta es una de las cosas más bonitas que suceden en el MAL8, ya lo he contado otras veces. Otra cosa maravillosa es que gracias a esta rutina de cada martes y a nuestros talleres, todos estamos nutriendo nuestro repertorio de canciones nuevas y frescas. Es espectacular cuando las presentamos los días que hay taller: más de veinte creadores estrenando una pieza que tiene el mismo título que las de los otros. El día 4 de Febrero celebraremos nuestro próximo taller, titulado “Como” (Puede ser con tilde, con k, como se quiera). Ya hay unos cuantos apuntados. Si quieres participar, ya sabes, tienes que componer una canción titulada Como y venir a cantarla, apuntándote previamente escribiendo al correo microabiertol8@gmail.com.



Y paso a relatar lo sucedido en este MAL8 (130). El primero en actuar fui yo mismo, Andrés Sudón. Canté una canción que, a pesar de que me gusta mucho, hacía mucho que no tocaba en mis conciertos, Necesito buscarte, en la que canto las sensaciones de haberme ido de mi ciudad natal y haber dejado atrás un gran amor y una vida entera; así como la intención de no volver a pasar por algo así: “no necesito quererte, no quiero necesitarte, no quiero volver a verte, necesito buscarte”. Esta canción tiene ya sus años, y he de admitir que no lo he cumplido a rajatabla…




Protokolo fue el segundo participante. Nos cantó una canción de amor, “lo inverso a una canción de desamor”, según dijo, titulada Ixbalanqué, nombre de una diosa maya. En ella dice (o no dice) “Te quiero tanto, tanto, que me sobran la palabras”. Es cierto, a veces hay que hacer la no-canción de un sentimiento sublime, como hizo Serrat.




El maestro José Miguel González, poeta y poesía, comenzó su intervención con un twitt: “si todos hiciésemos el amor diez veces al día, hacer el amor sería un coñazo”. Después citó a Salinas, enriqueciendo nuestra cultura literaria: “Qué alegría salir en los pronombres”. Frase que dio pie a su poema Vivir en los pronombres. Después nos confesó en su poema El Café, que sueña despierto. Terminó con un precioso poema titulado El color que “me acecha en todas las esquinas”, emulando un viaje a Marruecos donde tuvo “la vivencia de lo que realmente es el color”.




Marta Plumilla nos cantó una divertida, profunda e interesante historia titulada He perdido la cabeza, en la que logra mantener la atención del oyente sin dejar de poner delante de él imágenes sorprendentes. Todos queríamos saber dónde había ido a parar su cabeza... Ya puedo anunciar que Plumilla presenta su nuevo disco el día 10 de Febrero en la sala Galileo Galilei. El nombre del disco no lo puedo desvelar, desgraciadamente. Yo he participado en ese disco (producido por Antonio de Pinto), y os aseguro que os va a encantar, va a marcar un antes y un después. “¡Ya verás qué bien!”.




Hacía mucho que nos visitaba Malavé, que tuvo a bien pasarte este pasado martes y cantarnos una de sus nuevas canciones, Tormenta perfecta, un “fenómeno climatológico extremo”. Después de tanto tiempo, le vi evolucionado, más comedido en el micrófono, con tormenta y con calma.




Tras Malavé, salió a escena el, sin duda, el poeta top, Diego Mattarucco, que recitó como nunca su excelente pieza El poeta top, mejor interpretada que nunca. Además de pulir la forma y el fondo en sus textos, Mattarucco ahora está puliendo su interpretación de forma muy efectiva, los cuales siempre ha hecho de memoria.


También hacía mucho tiempo que no nos visitaba Rodrigo con sus canciones instrumentales. Ha estado lesionado, pero ha vuelto más fuerte que antes. Nos tocó Mientras llueve, escrita durante “las primeras lluvias del otoño”. Una preciosidad, espero que vuelva asiduamente, como antes.




Fernando Álvarez nos cantó una canción mítica de su repertorio, A propósito “de ti, estoy tan cansado”. Fernando es un cantautor sencillo y suave, con una voz muy atractiva y una forma de car personal y minimalista. A veces suelta frases impresionantes en el contexto de la canción: “creo en el silencio de tu cuerpo”. Este es uno de los artistas que dan calidad y calidez al MAL8.




Después de haber presentado en la antigua Sala Triángulo su “Frívola fragmentada”, Olivia Tomé continúa creando fragmentos. En el que nos presentó el pasado martes, se declara fiel a sí misma. Espero que pronto se repita esa presentación, en la que participé y que tanto nos gustó a todos los que estábamos allí.




Qué bien que José Carlos Illanes se decidiera a repetir esta semana en MAL8. Nos confesó que la semana anterior se puso nervioso por intentar “ser algo que no soy”. Tras decir esto desplegó su artillería escénica, sus varios registros, dejándonos boquiabiertos con su energía y talento. De paso, incluyó en la canción unos versos que anunciaban que los miércoles podemos ver su gran espectáculo en la sala Samotracia. Esperamos que siga viniendo y se una al club de solitarios compenetrados que somos.




En esta edición conocimos a cuatro nuevos participantes. El primero de ellos fue Juan Barrios, que con su canción Se me está acelerando la vida, nos mostró su contundente folk rock.




El segundo nuevo participante fue el poeta argentino Karim Chergui, al que conocí hace poco en la jam poética de “Vergüenza ajena”. Es un tipo maravilloso, que deja ver en su poesía lo divertido, observador y profundo que es. Me encanta reírme con textos tan interesantes como Techo de menos; así como meditar con Nadia llena de puertas. Terminó con un título sorprendente 63x42. Me encanta lo que hace, es el tipo de poeta que necesitamos en MAL8 para que nos inspire y muestre caminos textuales nuevos.




Los siguientes nuevos participantes fueron Daniel y Alma, que se estrenaron en MAL8 cantando Escuchando historias cerca del fuego. Muy bonita su propuesta, suenan muy bien y además transmiten simpatía. ¡Bienvenidos!




El último de los nuevos participantes fue un chaval llamado Luis Bravo que vino al evento y se decidió a participar tocando… ¡Esperad! Ha entrado alguien en mi casa violentamente. Mis compañeros de piso están trabajando, ¿quién será? Me estoy asustando, ahora mismo estoy escribiendo debajo de la cama. Creo que ya sé quién es. Joder. Había un tipo en el metro que estaba actuando de forma muy extraña. Llevaba una sudadera de una universidad extranjera, un trozo de revista y un paquete de tabaco vacío y destruido. No dejaba de mirar a todas partes con ojos inyectados en sangre. En un momento dado se puso unos guantes de látex azules que daban mucho miedo, para luego ponerse en la mano, alrededor de los nudillos, un mosquetón que usaba como llavero. Yo le miraba atónito, y creo que le molestó que clavara los ojos en él. A veces no soy consciente de que me quedo mirando a alguien. La cosa es que después de que se fijara en mí, ya no me perdió de vista. Si yo me cambiaba de asiento, él me seguía. Me cagué cuando me cambié de vagón y en la parada posterior él también se cambió de vagón. Pensé que quizá el tío está chalado, tiene manía persecutoria, y piensa que soy un enemigo, o algo así. La cosa es que daba miedo con esa mirada, esos estremecedores guantes de látex y ese mosquetón en los nudillos. Tenía que escabullirme de él, a pesar de la posibilidad de ser yo mismo el que tuviera manía persecutoria. Me arriesgué a estar chalado y me acerqué a la puerta como para salir, y en el reflejo del cristal vi cómo se recolocaba el mosquetón y se ponía en guardia. Mi idea era salir y volver a entrar en el vagón cuando él ya hubiera salido siguiéndome y ya no pudiera entrar. Luego recordé que veo demasiadas series, y salí sin atreverme a regresar cuando él salió tras de mí. Salí rápidamente hacia la derecha y, sin pensarlo, me di la vuelta y me crucé rápidamente con él, sin darle tiempo a reaccionar, en caso de que fuera a reaccionar. La cosa es que corrí y no volví a verle a mis espaldas en todo el camino hasta mi casa. Pero puede que me haya seguido. Se acerca a la habitación. Ya le veo los pies, sí que es él; oigo sonar el llavero, se estará colocando el mosquetón. Creo que voy a dejar de escribir.



Ya estoy aquí de nuevo, estoy ileso. Al final no ha pasado nada. Resulta que me lo estaba inventando todo para que os divirtierais un rato. Pero estaba hablando del último nuevo participante de este MAL8 (130), Luis Bravo, que se estrenó en Libertad Ocho haciendo una versión con mucha ilusión y con poca práctica. Tocó Maldita dulzura, de Vetusta Morla. Le esperamos aquí para conocer con voraz y sana curiosidad sus propias canciones.




El siguiente en escena fue Luis Miquel López, que participaba por segunda vez en el MAL8. Muy elegantemente subió a escena y cantó su canción sin mediar palabra, creando un ambiente intenso.




Camilo nos regaló una canción dedicada a su amiga Paloma, titulada Como gatos abandonados. Tengo ganas de conocer un poco más a Camilo, me parece un tipo muy interesante, y un cantautor vocacional.




Volvemos a tener a Javier Cuenca en nuestras sesiones. Nos cantó su canción Pájaros de los Alpes, la cual presentó como “un inventario de emociones”. Y así es: “Venecia sin ti es un desierto de rocas, Madrid no es Madrid sin tus pies no la tocan”. Gran poeta, cuya actuación me gustó especialmente, se le nota que ha adquirido más tablas de las que ya tenía promocionando su nuevo disco.




A continuación el cantautor Pedro Pastor, salió a escena sin guitarra a recitarnos un poema titulado Harto, que recomiendo leer, pincha aquí, si quieres hacerlo. Es impresionante que una persona tan joven tenga la madurez de entender las taras del mundo y de estar “harto de estar harto”.




Tras este momento de empatía hacia la indignación de Pedro, salió a acariciarnos el meloso Julio Hernández con su rítmica canción llena de colores, en la que con cubana alegría canta que está “duro, concreto y calado, como un adoquín”. Aprovecho para agradecer a Julio las maravillosas tardes de domingo que pasamos cantando en MXV.




Brilló especialmente en esta estupenda sesión, Antonio Pastor Gaitero con su brutal poesía y su visceral música. Antes de cantarnos su canción, recitó la letra, dejando patente su calidad literaria, su minucioso trabajo en los textos. Quizá por ello su poemario “Sonetos de amor y otras ausencias” es un éxito que lleva varias ediciones. Después de recitarla cantó la canción dándole una dimensión completa y envolvente a esas inspiradas palabras.




Ahora que frecuento un poco más eventos de poesía, valoro aún más la obra de autores que, como Suso Sudón, se atreven y tienen recursos para decir algo interesante lleno de atractivo. En este MAL8 (130) nos recitó Guerra fría y Metaamor, que podéis leer pinchando sobre los títulos.




También hubo una colaboración esta tarde, los cantautores Manu Clavijo y Pablo Bermejo interpretaron una canción de Clavijo, tocada por él mismo y cantada por Bermejo. La canción es ni más ni menos que Decidí sentirme bien, una de esas piezas que llegan rápidamente a lo más hondo: “fui quitándole las puertas a la casa, fui quitándole importancia a la angustia de perder”, y eso que “parecía que los pájaros cantaban mal”. Una delicia sencilla, siempre surrealista, y concreta.




El último en actuar fue miguel de Paúl, quien después haría un concierto en el escenario de Libertad Ocho, su primer concierto, el cual fue de diez. Hizo el repertorio sin necesidad de ningún papel, tocó una hora y media. Me sorprendió cómo toca la guitarra. Claro, solamente le veo una canción a la semana, cinco minutos cada martes, pero cuando ha calentado un poco, este hombre toca increíblemente bien. Supo alternar entre numerosos blues llenos de poesía, alguna que otra canción diferente para refrescar. También me gustaron su elegancia al hablar y su saber estar en el escenario. No parecía su primer concierto. Yo me lo imagino amenizando veladas muy nocturnas en bohemias salas. Desde aquí le doy la enhorabuena por su trabajo bien hecho. 


Y tras esta breve crónica del primer concierto de Miguel de Paul y la no tan breve crónica del MAL8 (130), me despido hasta el próximo martes, que es ya. Gracias a Plumilla por las fotos, a los artistas por su generosidad y talento, al Libertad Ocho por producir esta actividad, y a vosotros por leer y compartir por ahí estas humildes palabras.



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